viernes, 28 de abril de 2017

LITERATURA

Se inicia la tarde, mi pareja está perfeccionando su aprendizaje. Siempre quiere mejorar algo que es elogiable en su persona. Por mi parte, ha sido un día asociado a la literatura y quiero tratar de generar cierta dinámica de rutina para escribir. Es algo que siempre he intentado hacer, pero está semana las conversaciones y las lecturas me han invitado en forma directa y otras de manera tangencial a retomar la idea de escribir en forma organizada, no con la idea de un diario, sino que con la de desahogar mi cabeza y poner en práctica el sesenta por ciento de mis dedos sobre le teclado. Cuando solo empleo tres y sostengo una pluma, la sensación de fatiga en la mano llega con más prontitud, pero sé que tiene un carácter más romántico y siempre he asociado esa manera a la redacción de escritos. 

Miro el teléfono y reviso las imágenes, resalta la última tomada. Casualmente es una que me demuestra el cariño que unos estudiantes, adolescentes hoy (3ro medio), han querido dejar patente durante el presente año en el aula que habitan. Para mi alegría personal, la obtuve desde el lugar donde me desarrollaba el año pasado.

Era la mitad de diciembre del año dos mil dieciséis cuando me llamaron a la oficina del director. Se completaba el segundo año de su gestión y desde hace semanas le había tocado ser quien desvinculara a cierta cantidad de trabajadores. Si uno piensa en una empresa (en algo similar se han transformado las unidades educativas) uno puede presumir que existe una carta gantt para el desarrollo de acciones que tienen cierto objetivo, principalmente asociado a la suma de puntos en la pruebas estandarizadas- tema que puede ser tratado en extenso en otra entrada- pero siento en la interna (aún cuando nunca lo mencione a otros) que también debe existir una que esta asociada a la reducción de personal. Si esto es así, tengo que pensar que era una suerte de profesor-muerto-caminando, a pesar de ello, hacia mi labor con mucha energía, pasión y buena onda. Creo que esos son los pilares necesarios para poder hacer algo al interior del aula, si te ven involucrado, se puede invitar con los actos a otros a sumarte. Pienso que esos otros, eran los colegas que fueron llamados con anticipación a esa sala fría, a pesar de estar a comienzos del inicio del verano.

Era el profesor de lenguaje y comunicación, pero tenía pocas conversaciones relacionadas con la literatura. Existía un solo curso por nivel y mi labor era tratar de involucrar en esta disciplina a muchachos de doce a quince años, vale decir, desde octavo (jefatura) hasta el segundo medio, si bien la guía era mi propio olfato, es obvio que una cabeza piensan más que dos. Hoy en la otra vereda de esa situación, tengo la certeza de que era una falencia tanto mía como de la institución, pero cuando uno está en la vorágine de la cotidianidad, es posible que seas más ciego en la toma de decisiones. Es más la oportunidad de acercarme a las teclas, era más lejana que en la actualidad. Hoy estoy siendo parte de un grupo de docentes, al menos en una oportunidad por semana, escucho nombres de libros y apreciaciones sobre tal o cual literatura. Es un escenario novedoso, las ganas de seguir profundizando o de darle más tiempo a las misma, me han permitido acercarme a la biblioteca de un mall plaza a buscar textos que me puedan entregar nuevas visiones para llevarle a unos pequeños y adormilados estudiantes, de los cuales, seré su capitán.

Esta última semana, el camino me ha llevado a un libro verde que me entrega la  advertencia de no realizar la acción, "No leer" indica el título y ha sido este quien me ha conectado nuevamente con la lectura que hacia en los inicios de la universidad. Hoy he estado nuevamente acompañado de un café, esta vez de una multinacional y he bajado a mi dispositivo tres libros, que fueron desarrollados por Zambra y que en su relato han generado la intención de lectura. De los tres, solo un autor conocido. 

Lo curioso de todo esto es que la instantánea que me invito a escribir quedará siempre en estas líneas (de mi sentir ya es parte, pues crecí junto a ellos) y ha resultado ser solo un resorte para explicar que fui parte de un grupo de jóvenes que lograrán muchas cosas en la vida y de una institución que me entrego la oportunidad de lucharen solitario por interesarlos en la lectura principalmente. 

En la actualidad el sorprendido por la cantidad de cosas que desconozco soy yo, espero ir de acortando la brecha y aumentando en forma significativa la cantidad de entradas, pues solo así podré decir que la idea de la rutina de escribir se ha comenzado a arraigar en mi ser.



Gracias Jóvenes de Regina.