domingo, 18 de febrero de 2024

FEBRERO MAGICO.

El que haya estado ausente de la web por tanto tiempo no significa ni por un segundo que no haya sucedido nada digno de contar, por el contrario, este último mes ha entregado una enorme cantidad de aprendizajes, tanto a nivel evolutivo como aquellos que se anidan en el cerebro con información importante y permiten reaccionar de mejor manera en el instante en que sean requeridas como respuesta.

En la idea relacionada con las lecturas académicas, febrero ha traído consigo libros de singulares características lo que ratifica lo holístico del ser humano. En el alba del segundo mes del año (forma literaria de expresar las primeras semanas) mis ojos y cerebros tuvieron la chance de caminar junto a la pluma de José Donoso por una época anterior a la mía, pero que tanto, nos hubiese gustado ser parte a aquellos que nos consideramos escritores o al menos estamos asociados a esta forma de expresarse que es el lenguaje. Me mostró de manera magistral los lugares a los que el oficio de escritor le ha permitido ingresar por la puerta ancha. Me sugirió lecturas (Confieso que he vivido, novela de Pablo Neruda, la cual revisé nuevamente durante los días venideros) también realzó autores de otras latitudes y dejo en un muy buen sitio, la pluma relacionada con la crónica que es la que me ha gustado desde los inicios del periodismo.

Paralelamente a estas lecturas matutinas, las tardes han ido asociadas al desarrollo de mi mente. Principalmente Joe Dispenza acompañó con sus escritos y meditaciones, luego Elsa Punset continuo cimentando el camino para terminar esas semanas mediante la Biblioteca Publica Digital con su "Tiempo para meditar" mostrando cada uno con su estilo la luz necesaria para vivir en el presente.

Actualmente, "El amor en Francia" del premio nobel J.M.G Lé Clézio, las columnas de Matamala en "Hastío" y el maestro Dostoievsky mediante su thriller familiar han sido parte de este segunda parte del mes.

Pero no ha sido todo lecturas. La complicidad entre alimentación, ejercicio y descanso han estado usando un cincel silencioso que cada semana va entregando una nueva forma al runner que pretendo ser. Cada semana entrega un nuevo grano al hermoso proceso que pretendemos finalizar de manera exitosa, permitiéndome creer que los sueños pueden llegar en cualquier momento, la idea estar preparado para disfrutarlo.

Disfrutar esa instancia que se te pone por delante para alimentarte en todas las áreas de la vida como lo puede hacer un viaje que en mi caso fue al mítico Perú y su Machu Pichu. 

La semana vivida en país incaico fue sencillamente de otro mundo. En una de la conversaciones que hemos sostenido con La Negra (mi pareja) llegamos a la idea que en la actualidad la accesibilidad para llegar a estos lugares que solo se veían por televisión y por tanto muy lejanos, en nuestra juventud, ha aumentado y eso se visualiza en el reel relacionado con Wainapichu y su amiga más pequeña.

Ser parte de esas personas que caminaron por el sendero milenario, observar la precisión y sabiduría de su cultura, asimilar algo de aquello mediante las indicaciones de los guías o simplemente recorrer con la mirada lo variopinto de los habitantes del Cuzco sin lugar a dudas es un hito en mi peregrinar por la tierra.

Además degustar cada una de las habilidades culinarias y visitar los museos relacionados a sus ancestros han hecho de este segundo mes del año un FEBRERO MAGICO.









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