lunes, 20 de mayo de 2024

DENTRO DE UN CALEIDOSCOPIO

Es curioso lo que me ha estado sucediendo. He quedado con mi corazón en libertad hace algo más de dos meses y si bien no he escrito no se debe a eso ni a alguna suerte de tristeza. Había manejado de buena manera todo lo relacionado con esta nueva experiencia que se llama estar solo.

Tengo la convicción que el vivir en armonía ayuda a seguir por la senda de la confianza, felicidad y alegría, pero surgió un mensaje que me ha tenido ansioso por estos días y esta relacionado con el volver a estar.

Surgió todo de una conversación sana en un café y de un piropo, que no debiera afectarme, pero que en ese momento hizo chispa en una región que tenía bien controlada, de hecho había estado ausente de mi vida por mucho tiempo como lo es el ego.

Esa tarde se avivo y cada cierto tiempo (cada vez que ella me escribe) vuelve a ponerse al frente de mis pensamientos. Los mismos que cada mañana mantengo a raya mediante el tradicional momento de agradecimiento, luego de de que el mensaje llega a mi pantalla me vuelve primitivo y solo libera el cortisol que me hace pensar en salir corriendo hacia ese lugar.

Es más he compartido situaciones con ella y mi ser ancestral se apodera de mis posibles movimientos los que he logrado mantener de cierta manera a resguardo, pero ayer, mi cabeza me hizo creer que la mejor jugada era mandarle un mensaje.

En él expuse mi sentir y hoy podría decir que si se había avanzado en algo, parece que me volvió a foja cero o simplemente me sacó del juego. Lo cierto es que me he sentado acá a escribir de esto para de cierta manera manifestar un cambio en el accionar de ella, quiero que poder encontrarme con esa persona que me envío aquel mensaje detonador, pues se sigue allí.

Hoy no pude eliminar de mi cabeza aquellos pensamientos que me hacen estar dentro de un caleidoscopio y la figura central que se refleja en sus múltiples paredes es la de ella.


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