jueves, 19 de septiembre de 2024

TRANSICIÓN

 Se suele pensar que los procesos deben ser evaluados acorde al resultado que se obtenga. En más de una ocasión el viaje que se produce a lo largo del tiempo estimado va dando luces del posible "outcome", por lo cual, ir buscando la palabra apropiada es un trabajo realmente difícil, pues como persona cercano al lenguaje, sé con certeza que cada una tiene un valor en si.

Debido a lo anterior, la mejor solución que he encontrado para ir asimilando las cosas que se van sucediendo es el concepto de transición. La RAE lo define como "la acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto" de esta forma permitimos que se puedan incluir todos las ideas que se nos vengan a la cabeza. Pero la raíz de la acepción da cuenta de un momento, un presente que es el que nos permite calibrar lo sucedido e ir al lugar del cerebro que almacena las palabras y seleccionar una para ese instante.

Como bien sabes tu, amigo lector, que seguramente a lo largo de tu vida has enfrentado más de un proceso, pues de eso esta cimentado el desarrollo del ser humano, la elección es la que permite seguir avanzando, pues nuestras sinapsis se acomodan en función de esta y se va afinando el camino mediante verdades que se van indexando en nuestra mente.

Es en ese escenario en el cual me encuentro hace algo más de un mes. Había iniciado en mi vida un nuevo camino (dieciséis semanas estaban desplegadas en una hermosa Carta Gantt) el ánimo a tope como cualquier inicio. Energías siempre a mil como debe ser al comenzar algo que se quiere hacer. Emociones positivas eran las que acompañaban cada nuevo episodio. La voluntad y la disciplina, los motores que en cada nuevo desafío incendiaban las cavidades musculares de mis piernas, corazón y cualquier lugar de mi cuerpo que necesitase de ese pequeño empuje para iniciar el juego que me regalaría las "inas" que más aprecio (endorfinas- oxitocina- dopamina-adrenalina) hasta que a mediados de agosto una irresponsabilidad me abrió los ojos y me trajo de nuevo a terreno.

El cuerpo que tanto he respetado cuidado y mimado, me estaba diciendo que algo iba mal. Es cierto que el malestar en el isquiotibial izquierdo luego de las sesiones de pista se había manifestado de manera insistente a finales de junio, pero luego de masajes y tens en la zona volvía a estar en condiciones, por lo cual, lo asimilé como parte del esfuerzo que estaba dejando en cada entrenamiento (tengo que manifestar aquí que el plan así lo indicaba) a pesar de lo anterior quise restarle importancia, ya que desde que estoy en esto del running, muy pocas veces se deambula sin malestares.

Lo diferente de este nuevo impasse es que me retrotrajo a mis 20s, pues según las palabras de la doctora, es en esta etapa cuando se podría iniciar la espondilitis, no pondré el apellido con el que se asocia pues es demasiado severo, y debido a la falta de estar consciente, lo deje estar. Es en el año 2010, es decir, cerca de mis treinta y cinco años que por vez primera me acercó para saber que me impedía mover con tranquilidad mi espalda. 

Las imágenes mostraban el inicio de mi padecimiento, pero la inconsciencia (en el sentido de vivir en piloto automático) hizo que dejara el CD en el fondo del mueble donde ordeno mis calcetines, pues la vida seguía. Recuerdo que en esa época estaba en los albores de mi labor como docente y las ganas de influir y cambiar la vida de los estudiantes era más importante al parecer que preocuparme de mi propio bienestar. 

Luego tras años de practicar el deporte del running e ir avanzando tanto en performance como en distancia, el universo volvió a darme una "red flag". En una conversación con quién comparto en la actualidad mis pensamientos y vivencias, me expresó de manera sutil que me hiciera ver con la idea de saber como enfrentar el posible diagnóstico. En ese tiempo, solo eran especulaciones hasta que un "kine" en el lugar especializado para deportistas sugería examinar la sangre, pues había que descartar todo y lo 'autoinmune' volvía a salir al ruedo.

Pensar que era yo quien me dañaba nunca estuvo entre mis diagnósticos y es una consigna compleja de aceptar, sin embargo, los últimos exámenes ratifican la idea, lo cual me deja en ascuas. Mis pensamientos (que no existen en absoluto lo sé) me han puesto en jaque, más áun cuando el procedimiento que sigue es la RM la que no pude hacer este martes recién pasado.

Hoy a solo semanas de que la Carta Gantt llegué a su termino y a un mes de ir visitando doctores y tomándome muestra para identificar el origen de mi padecer (que es sin dolor) me tiene en medio del mes patrio analizando las posibilidades que tengo por delante. Mi cuerpo solo quiere que volver a  producir las "inas" que me han acompañado por más de una década (tiempo en el que no ha avanzado mucho más la inflamación) y mi cuerpo quiere volver a deslizarse por el asfalto o pista con la fluidez que tenía a mediados de junio. 

Tengo claridad que será complejo, pero en mi ser está hacerle frente a este periodo y hacer de esta TRANSICIÓN una nueva versión de lo mejor que puedo llegar a ser y que los suelos yanquis tenga la opción de conocer allá por la mitad de octubre. A por todo!!!!






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